El momento de analizar entre si guardar el dinero debajo del
colchón o invertirlo en alguna herramienta financiera que a un largo plazo
pueda generar grandes beneficios es ciertamente complejo.
La gran problemática surge cuando las personas deciden
invertir su dinero en el banco a una tasa de interés fija manteniendo así que
su dinero perdure por un buen tiempo. Pero ¿qué pasaría si surge una inflación
que supere a la tasa de interés?. Sencillo, tu dinero pierde el valor
adquisitivo, en otras palabras, tu dinero te alcanza para menos y por lo tanto
pierdes dinero.
Entonces es cuando se crea un miedo en los usuarios de las
diversas herramientas, el miedo a perder su patrimonio, su dinero. Es el caso
de las inversiones en acciones, que suelen ser rechazadas por personas con
falta de conocimiento financiero y que temen perder dinero.
Las acciones no son más que un título representativo de una
pequeña parte de la empresa, la cual decidió colocarlas al público para poder
obtener financiamiento.
El valor de las acciones es variable ya que están sujetas a
la ley de oferta y demanda como cualquier producto dentro de una economía de
libre mercado. Debido a esto es que el precio de las acciones pueden subir o
bajar drásticamente de un momento a otro sin previo aviso, y esto hace que sea
muy poco previsible y crea cierto temor por las grandes posibilidades de caer y
producir una gran perdida.
Sin embargo, el invertir en herramientas que cuentan con un
riesgo tan grande también implica una tasa de interés en retorno mucho más
grande que cualquier otro método pudiera ofrecer. Al ahorrar en bancos se firman títulos a una tasa establecida y fija, con un periodo de tiempo límite. Por su parte, las acciones permiten realizar movimientos cuantas veces se desee sin tiempo establecido, pudiendo venderlas en el momento en que uno quiera.
Actualmente el invertir en México dentro de la Bolsa
Mexicana de Valores (BMV) se ha vuelto en algo mucho más sencillo y gracias a
un nuevo motor de comercio de la BMV impuesto en Septiembre del 2012 se
permitió ejercer operaciones con una velocidad de hasta 300 veces más rápido que
antes creando así mayores inversiones y facilidad de movimientos electrónicos.
Gracias a esto, el invertir en la bolsa se ha convertido en
algo mucho más sencillo y al tener una mayor movilidad y agilidad de
compra-venta se asegura que las acciones puedan llegar a niveles mucho más
altos o en caso contrario, pueda caer también.
Esta investigación muestra un análisis sobre los riesgos y
beneficios que brinda el poder invertir dentro de la Bolsa en acciones,
destacando las grandes perdidas que puede implicar y las ganancias que puede
dar a una tasa superior a diferentes herramientas financieras.
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